El hotel en general me ha gustado mucho. La atención ha sido excelente. El personal siempre estuvo atento a nuestras necesidades y las resolvió prontamente. La Praia da Enseada es preciosa y el hotel tiene una linda vista a ella. La cocina del hotel también es buena.

El servicio de televisión por cable tiene pocos canales. Dentro de las habitaciones se permite fumar y a veces el olor a cigarro pasa a los pasillos del hotel. Esto incomoda a quien no es fumador.

La calidez, de su dueña(Dona Alba), a quien conocimos, varios años atrás y de todo su personal. La ubicación, que permite pasar, directo a la playa. Las comidas, con una carta interesante, aunque cara, para nosotros , argentinos.

El olor que emana, de un arroyito, que debe contener efluentes cloacales y pasa justo por el frente. El televisor de la habitación, muy antiguo y la falta de servicio de cable.